Lo que comenzó como una movilización convocada por los grupos Generación Z y Movimiento del Sombrero, derivó este 15 de noviembre en una serie de actos violentos en el Zócalo capitalino, donde manifestantes derribaron vallas, lanzaron objetos y causaron destrozos en la zona centro de la ciudad.
Las protestas, que inicialmente exigían justicia por el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, así como un alto a la violencia en el país, se transformaron en enfrentamientos encabezados por contingentes encapuchados y grupos identificados como “bloque negro”.
Testimonios revelan presiones y convocatorias engañosas
A lo largo de la jornada, diversos asistentes declararon que fueron obligados a participar por sus centros de trabajo, bajo amenaza de represalias o descuentos. Otros señalaron haber asistido tras convocatorias masivas en redes sociales, sin claridad sobre quiénes organizaban realmente la movilización.
Una manifestante adulta mayor señaló que se enteró por un video difundido en Facebook, donde se le prometió un apoyo económico por acudir, situación que resultó falsa.
Estos testimonios han generado cuestionamientos sobre la legitimidad y transparencia de los organizadores del movimiento, que aseguraba estar conformado por jóvenes, aunque en los contingentes también se observaron personas adultas e incluso adultos mayores.
Derribo de vallas, pintas y destrucción en el Centro Histórico
Al arribar al Zócalo, grupos vestidos de negro comenzaron a golpear con martillos y tubos las vallas metálicas colocadas alrededor de Palacio Nacional. Otros manifestantes escalaron las barreras, mientras algunos más lanzaron piedras, tabiques y objetos contundentes.
En cuestión de minutos lograron derribar al menos cinco vallas, lo que intensificó el caos en la plancha del Zócalo. Asimismo, se registraron pintas y daños en las murallas instaladas frente a Palacio Nacional.
Videos compartidos en redes muestran a grupos organizados amarrando cuerdas para tumbar estructuras, así como detonaciones de petardos utilizados para abrir paso hacia zonas restringidas.
Escalada de agresiones durante la movilización
Los grupos violentos continuaron avanzando, golpeando estructuras y utilizando diversos objetos para destruir barreras. En redes sociales circularon múltiples imágenes de encapuchados utilizando martillos, rejas y tubos para generar destrozos.
Hasta el cierre de esta edición, no existe un reporte oficial sobre personas lesionadas, sin embargo, las autoridades mantienen operativo permanente debido a la escalada de violencia registrada durante la manifestación.
Una marcha que se alejó de sus demandas originales
Pese a haber sido anunciada como una movilización pacífica encabezada por jóvenes, la protesta terminó evidenciando presiones laborales, convocatorias dudosas, participación de personas no relacionadas con la “Generación Z”, y una fuerte presencia de grupos radicales que desvirtuaron el objetivo inicial.
El saldo final dejó en claro que la violencia desplazó al diálogo y que la movilización terminó marcada por actos que nada tuvieron que ver con justicia o exigencias ciudadanas legítimas.

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