Durante décadas, Querétaro ha sido más que un estado en el mapa para el Partido Acción Nacional (PAN); ha sido un símbolo, la joya de la corona, el bastión inexpugnable. Pero hoy, ese símbolo está en peligro. Una reciente encuesta de Data Polls México muestra un cambio sísmico en el panorama político de la entidad: Morena podría arrebatarle al PAN su máximo orgullo.
La coalición Morena-PT-Verde lidera la intención de voto con un 40.1%, superando a la alianza PAN-PRI, que se queda en un 35.2%. Lejos de ser un empate técnico, esta ventaja marca una señal de alerta para el panismo nacional.
El drama se acentúa en los careos directos. Santiago Nieto, director del IMPI , emerge como el caballo de Troya de Morena. Frente a Ricardo Anaya, figura emblemática del PAN, Nieto se impone con un contundente 48.9% contra 40.2%. Y si el PAN optara por un rostro joven como Felifer Macías, el resultado es aún más lapidario: Nieto lo aventaja 47.1% a 34.0%.
El mensaje es claro: no importa a quién postule el PAN, hoy por hoy, Santiago Nieto les ganaría. La percepción de invencibilidad azul choca con la realidad electoral.
Lo más revelador es que, pese a estos datos, el 45% de los queretanos aún cree que el PAN ganará. Esta confianza, basada en la historia y no en los datos, podría costarle caro a los blanquiazules. Mientras Morena conecta con el deseo de cambio, el PAN parece confiado en glorias pasadas.
La encuesta también muestra que un 17.7% de la población sigue indecisa. Ese sector definirá si Querétaro sigue siendo azul o si presenciaremos un cambio histórico en 2027.
El reloj está corriendo para el PAN. Si no corrige el rumbo, si no plantea una estrategia renovada y un candidato que conecte con la ciudadanía, podría descubrir que las llaves de su casa más preciada ahora pertenecen a otro proyecto. El temblor es hoy; el terremoto electoral podría ser mañana.