Con una inversión superior a los mil millones de pesos, el gobernador Alejandro Armenta anunció los avances de una estrategia que está revolucionando el campo poblano, con justicia social, soberanía alimentaria y arraigo territorial como ejes centrales.
Transformación con rostro humano
Desde el arranque de su administración, Armenta ha apostado por una nueva visión del agro poblano: dignificar a quienes lo trabajan. En apenas 229 días, más de 600 mil hectáreas que estaban abandonadas comienzan a reactivarse gracias a módulos de tractores, drones, operadores capacitados y combustible gratuito.
“La tierra no puede seguir abandonada. Reactivarla es romper el círculo vicioso de la pobreza”, sentenció Armenta durante su conferencia.

Humanismo mexicano como base
Inspirado en la visión de la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobernador detalló que este modelo de desarrollo rural se basa en el humanismo mexicano y la bioética social.
“En lugar de museos ostentosos, hay un tractor en cada ejido. Pensamos diferente”, expresó, al subrayar que la tecnificación del campo es posible, como lo han demostrado países como China o Japón.
Los CIITRAS (Centros Regionales de Innovación e Investigación) serán clave para convertir la investigación agrícola en soluciones reales para las comunidades.
Educación, mujeres rurales y valor agregado
El proyecto también involucra a las universidades y bachilleratos tecnológicos, como el CECyTE, que adaptarán sus programas para impulsar vocaciones agropecuarias y turismo rural. Además:
• 35 mil familias de 211 municipios han recibido apoyos directos.
• 100 mil hectáreas serán atendidas con maquinaria agrícola.
• 16 mil hectáreas han sido protegidas contra plagas con control biológico.
• Más de 1,400 mujeres rurales y productores han sido capacitados.
Financiamiento justo y orgullo poblano
Bajo el sello “Puebla Cinco de Mayo”, el gobierno impulsa productos agroindustriales con identidad y calidad. Además, se promueven créditos justos para pequeñas y medianas empresas rurales, que podrán acceder a hasta 680 millones de pesos en financiamiento.
Testimonios que hablan
Productores como María Rosalba Moroni, quien llevaba años sin sembrar, hoy ve sus tierras productivas gracias a la maquinaria e insumos. Lo mismo ocurre con Pascual Hernández, campesino de Tlahuapan:
“Gracias a este apoyo, volvimos a trabajar el campo que estaba olvidado”.

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